La radio, la televisión y el espacio cibernético plantean las más
variadas hipótesis.
Atentados, fallas técnicas, impericia humana, etc…. Todas explicaciones
plausibles para entender el corte de luz masivo y sorpresivo. Sin embargo,
nadie pensó en una posible conspiración de ellos. De semáforos hartos ya de
trabajar sin interrupciones, sin convenios colectivos que los amparen, sin
derecho a huelga. Tal vez, hoy quisieron cerrar sus ojos siempre iluminados y
dormir la siesta. Probablemente, sus párpados siempre tímidos y escondidos,
pudieron ilusionarse por fin con existir. Aunque sea por un tiempo leve y
mínimo, hoy es su día de paz. Parecen ciegos, pero en realidad hoy ven más que
nunca.
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