El tránsito fluye. Los cuerpos y los hierros forjados, transitan,
corren y buscan destinos infinitos. Las luces rojas, verdes y amarillas ordenan
el caos apenas disimulable. El sentido establecido, se sucede sin intervalos.
Mientras tanto, los fantasmas del movimiento esperan ansiosos las sombras de
las horas ausentes. Desnudos e invisibles, quieren salir a jugar entre los
claroscuros de luces sin sentido. Entre señales cromáticas que semejan
autómatas olvidados en un desierto donde ya nada hay para ordenar.
domingo, 16 de junio de 2019
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