domingo, 16 de junio de 2019


Me conmovió verte tan sólo, frío y empapado. Sentí culpa por no saber cómo cuidarte. No podía ser de otra manera. Vos escondes algunos de mis sueños y deseos más profundos. Tal vez estas líneas sean, al menos, un homenaje a toda la dulzura y suavidad que ocultas tras un velo. Un tributo a ese fruto dulce y prohibido que proteges día a día. A esas sutiles curvas que me desbordan, aun con el más leve y sugestivo roce.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu  maldad es inmanente. Por momento parece haber desaparecido.  Que engaño; engaña. Solo es una pausa enmascarada. Tu rabia aparece sin cau...