A veces, te busco. Durante un espacio de tiempo que ni siquiera llega al segundo, me olvido que ya no estas en ningún lado. Que es imposible verte, hablarte, oirte. Me sorprendo a mi mismo entendiendo en primera persona la palabra extrañar.
Te mandaste miles de cargadas viejo. Algunas, bastantes feas. No obstante, a tu manera y desde tu difícil forma de ver la vida, nos acompañaste y ayudaste mucho; especialmente en tus últimos veinte años. Conmigo, llegaste a ser un papá y "amigo". Verdad es que, por una cuestión generacional, tuve la suerte de no vivir tus "peores" capítulos. Eso, no viene ahora al caso. Fue así.Escribiendo y pensandote me doy cuenta que, en varios momentos, logro que "estes". Al menos existís en el recuerdo. Y, haciendo un poco de trampa, a ese lugar te mando un Feliz Dia Papá.