martes, 29 de enero de 2019


Te extraño mi cachorro. Tan lejos, pero tan dentro mío. Me es imposible olvidar ese amor, ese  cariño que me diste de manera permanente. Siempre, pese a esas artificiales represiones que intentaron, mudamente, imponerte.  Hablaste alguna vez de disimulo, pero nada puede engañar la realidad. Ni siquiera, tu esfuerzo verbal por el autoengaño. Ese amor genuino, fluía sin obstáculos, sin represa. La alegría de tu sonrisa, tus abrazos y besos. La cabeza durmiendo en mi regazo de 109. Tu mirada expectante por llegar antes de las 19, a ver jueguitos a la vuelta. La suavidad de tus deditos envolviendo los míos. Nunca, nada ni nadie, podrá desanudarlos de mi piel, de cada fibra del tejido que me hace real. Porque sos, mi Thiagui.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu  maldad es inmanente. Por momento parece haber desaparecido.  Que engaño; engaña. Solo es una pausa enmascarada. Tu rabia aparece sin cau...