Te extraño mi cachorro. Tan lejos, pero tan dentro mío. Me es
imposible olvidar ese amor, ese cariño que me diste de manera permanente.
Siempre, pese a esas artificiales represiones que intentaron, mudamente,
imponerte. Hablaste alguna vez de disimulo, pero nada puede engañar
la realidad. Ni siquiera, tu esfuerzo verbal por el autoengaño. Ese amor
genuino, fluía sin obstáculos, sin represa. La alegría de tu sonrisa, tus
abrazos y besos. La cabeza durmiendo en mi regazo de 109. Tu mirada expectante
por llegar antes de las 19, a ver jueguitos a la vuelta. La suavidad de tus
deditos envolviendo los míos. Nunca, nada ni nadie, podrá desanudarlos de mi
piel, de cada fibra del tejido que me hace real. Porque sos, mi Thiagui.
martes, 29 de enero de 2019
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